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AMOXOFOBIA (miedo a conducir)

“Tras tener un accidente de tráfico, soy incapaz de coger el coche. Tampoco me fío de que otras personas me lleven. El miedo a sufrir otro accidente me paraliza”.

“Tras más de 20 años conduciendo sin tener ningún problema, una noche que iba conduciendo por una autovía, sufrí un ataque de pánico. A partir de ese momento empecé a evitar coger el coche por miedo a sufrir otro ataque y tener un accidente. La simple idea de conducir me provoca ansiedad”.

“Después de sacarme el carnet de conducir, comencé a sentirme insegura al volante. Los demás me decían que era cuestión de práctica, que antes o después lograría conducir bien. Pero yo me sentía muy insegura y cada vez conducía menos, hasta que dejé de conducir definitivamente, con el consiguiente aumento de mis temores”.

Los anteriores son testimonios habituales entre personas con miedo a conducir, también conocido con el tecnicismo “amoxofobia”.  Se trata de un problema más habitual de lo que podemos pensar; aproximadamente el 4% de la población padece amoxofobia, aunque este es un porcentaje difícil de calcular debido a las reticencias que muchas personas encuentran a la hora de reconocer su problema.

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¿QUÉ ES?

Se considera que una persona tiene miedo a conducir, o amoxofobia, cuando experimenta miedo intenso e irracional ante su anticipación (es decir, siente ansiedad cuando piensa que va a conducir) y, sobre todo, mientras conduce.

Se trata de un temor permanente que, la mayoría de las veces, carece de una causa real que lo justifique. Suele conllevar pesadillas, ansiedad, sudoración, rigidez muscular, pensamientos negativos o catastrofistas, etc.

La fobia a conducir forma parte de las fobias específicas recogidas en el DSM-IV (Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales). Y, como sucede en el resto de fobias, la amoxofobia genera en la persona la necesidad de huir del estímulo temido que, en este caso, constituye el manejo del vehículo.

 

SÍNTOMAS

Podríamos diferenciar tres componentes, con sus correspondientes síntomas, que ayudan a identificar la fobia a conducir:

  • Nivel cognitivo: la persona tiene pensamientos catastrofistas relacionados con sufrir un accidente, experimentar ansiedad, o  perder el control.  En definitiva, miedo a morir y/o provocar la muerte a otros.
  • Nivel emocional o fisiológico: la persona experimenta ansiedad, inseguridad,  tensión muscular, rigidez, aumento del ritmo cardíaco, sudoración, náuseas, diarrea, mareo, sensación de flojedad en brazos o piernas, visión borrosa.
  • Nivel conductual: la persona evita conducir o  conduce sólo si se dan algunas circunstancias específicas: conducir acompañada, conducir sólo por algunas vías, llevar medicación, conducir a baja velocidad, hablar por teléfono para distraerse de los pensamientos negativos y tranquilizarse, etc.

 

CAUSAS

Entre las causas más frecuentes encontramos:

  • Pequeños o grandes incidentes sufridos al volante: En ocasiones la persona se ha visto involucrada en un accidente, ya sea en primera persona o porque lo ha observado. Otras veces se trata de pequeños percances causados por un mal aparcamiento, una confusión en un semáforo o una curva mal cogida que, en algunas personas, se traduce en un miedo constante y obsesivo.
  • Falta de experiencia al volante: La poca destreza conduciendo también puede ser el origen de esta fobia. Por ello, los expertos remarcan la importancia de prepararse bien antes de empezar a conducir con regularidad. La propia Dirección General de Tráfico (DGT) afirmaba en un estudio publicado en el año 2005 que “una formación deficiente como conductores” puede provocar miedo a conducir.

No obstante, entre los conductores experimentados también se dan casos de amoxofobia. Conductores profesionales como taxistas y camioneros también pueden padecer este miedo irracional, viéndose obligados en ocasiones a cambiar de trabajo. Estos conductores tienen lidiar con una sociedad que no entiende que con su dilatada experiencia puedan tener miedo a conducir.

En algunas personas, estos pequeños o grandes incidentes, desencadenan emociones recurrentes de estrés y ansiedad.

 

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TRATAMIENTO

Si actualmente sientes miedo a conducir, has de saber que existen terapias específicas para superarlo. Y, como sucede con cualquier otro miedo, la única manera de superarlo en enfrentándose a él. En el caso de la amoxofobia, se emplea una terapia basada en la exposición progresiva y sistemática a la conducción del coche.

En primer lugar, un psicólogo o una psicóloga evaluará si efectivamente padeces amoxofobia, así como su nivel de gravedad. Tras la evaluación inicial, empezarás a subirte a un coche en compañía de un profesor o profesora de autoescuela, que la mayoría de las veces también es psicólogo o psicóloga.

Posteriormente, deberás conducir por tu cuenta, según las pautas dadas por el profesor o la profesora, prestando atención a tus sensaciones, en qué momentos has sentido miedo y describirlo.

Así que, si este es tu caso, te animamos a buscar ayuda de profesionales y a plantar cara al miedo.

 

 

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7 buenas razones para ir al psicólogo

La decisión de pedir ayuda no siempre es fácil, sobre todo porque a veces pensamos que significa reconocer un fracaso o debilidad. Pedirle ayuda a un psicólogo es aún más complicado porque se le suman los estereotipos que existen sobre la salud mental. Sin embargo, lo cierto es que solicitar ayuda es un acto de coraje y madurez.

Aún así, normalmente la decisión de acudir al psicólogo es un proceso en el cual la persona va tomando conciencia de su estado y su malestar, se da cuenta de que el paso del tiempo no es el bálsamo que esperaba y comprende que necesita apoyo para lidiar con esa situación.
De la misma manera en que no tiene sentido soportar un dolor de muelas, tampoco tiene sentido aguantar el dolor emocional. Es importante que comprendas que no siempre tienes que enfrentar todo tú solo. En muchos casos, el paso del tiempo no es bálsamo suficiente y no sirve para curar la herida sino tan solo para añadir capas de resentimiento, odio y frustración.
De hecho, considera que las emociones reprimidas, antes o después salen a la luz. Los sentimientos y los traumas que no se expresan se acumulan en el inconsciente y, cuando confluyen ciertas condiciones, terminan explotando. En otros casos se traducen día tras día en patrones de pensamientos y comportamientos negativos que constituyen un obstáculo para tu felicidad y dañan tus relaciones interpersonales.
Además, no solo se acude al psicólogo cuando te sientes mal y la situación te desborda. Hay psicólogos especializados en coaching que te pueden ayudar a tomar una decisión importante en tu vida, profundizar en tus necesidades y tener una visión más clara de la vida que deseas. Estos profesionales también pueden ayudarte a darle un vuelco a tu vida, a conseguir tus metas, a mejorar tus relaciones de pareja o simplemente a tener mayor autoestima y confianza en ti mismo.


El psicólogo no resuelve los problemas, te ayuda a encontrar la solución

1. Tener un espacio solo para ti. Muchas personas anteponen las necesidades de los demás a las suyas, ya sea porque se trata de sus hijos, los padres o la pareja. Sin embargo, relegarse siempre a un segundo plano pasa una gran factura desde el punto de vista emocional que puede generar sentimientos de soledad y vacío, a pesar de que estés rodeado de gente. Acudir al psicólogo es una forma de cuidarte y dedicarte atención, es como ir a un spa o darse un masaje, es un mensaje que te envías a través del cual indicas que te preocupas por ti y que eres importante. En la consulta tendrás tiempo solo para ti, para hablar de tus problemas, preocupaciones y/o sueños.
2. Comprender realmente qué te sucede. A veces las emociones toman el mando y nos impiden pensar con claridad, nos bloquean o nos impulsan a tomar decisiones que en otros momentos no habríamos siquiera considerado. En esos momentos podemos sentirnos confundidos, perdemos la brújula. Un psicólogo puede ayudarte a encontrar el camino y buscar explicaciones a lo que te pasa. De hecho, muchas personas se sienten aliviadas automáticamente cuando encuentran una explicación a los síntomas que han venido experimentando, es como si todo cobrará sentido y les resulta más fácil aceptarlo. Hablar de tus preocupaciones te ayuda concientizar muchos detalles que habías pasado por alto. Hablar clarifica tu mente, te hace dueño de tus sentimientos, te alivia y te permite tomar mejores decisiones.
3. Ser escuchado sin que te juzguen. El psicólogo te escuchará sin realizar juicios de valor, sin aplicar estereotipos ni etiquetas. Una sesión de terapia es un espacio en el que puedes hablar de todo sin temor a ser juzgado o criticado. De hecho, aunque no somos plenamente conscientes de ello, de vez en cuando necesitamos una dosis de aceptación incondicional que nos permita reequilibrar nuestra autoestima. El psicólogo no solo escuchará tus problemas sino que le prestará atención a tu lenguaje extraverbal y a tus emociones, no te examinará para evaluarte en términos de “bueno o malo” sino que intentará comprenderte para poder ayudarte.
 
4. Obtener un punto de vista más global y objetivo. El psicólogo no va a opinar sobre tus valores o experiencias catalogándolas como “justas o erróneas”, tan solo te brindará un punto de vista profesional sobre lo que está sucediendo. Te ayudará a buscar una explicación, para que comprendas qué te sucede y puedas encontrar la mejor solución para ti. Como este profesional no está involucrado emocionalmente en la situación, podrá brindarte una perspectiva más amplia y objetiva sobre el problema. De esta forma, podrás tomar conciencia de los factores que te impiden avanzar y te hacen sentir mal.
5. Conocerte mejor y comprender a las personas. La psicoterapia no solo te permitirá conocerte mejor sino que también te ayudará a comprender a las otras personas. A medida que profundizas en tus sentimientos, puedes ser más empático con los demás y entender los motivos de sus comportamientos. De hecho, cuando tenemos pensamientos negativos y no los procesamos, estos se convierten en una madeja de suposiciones que nos impide ver el mundo tal cual es. Cuando logras apartar esas expectativas ilusorias y creencias irreales, no solo te conoces mejor sino que puedes comprender con mayor facilidad las intenciones y motivos de los demás.
 
6. Aprender a gestionar tus emociones, pensamientos y comportamientos. La Psicología es una ciencia basada en años de experimentación y estudios científicos, con un arsenal de técnicas destinadas a aliviar determinados síntomas o ayudarte a conseguir tus metas. Un psicólogo te ayudará a identificar y cambiar los pensamientos disfuncionales que te hacen sentir mal, te enseñará a gestionar mejor tus emociones y a eliminar los hábitos negativos, poniendo en su lugar hábitos más saludables. Vale aclarar que el psicólogo no tiene una varita mágica para resolver todos tus problemas, pero te brindará técnicas y estrategias que puedes poner en práctica para que tú mismo puedas solucionar esos conflictos.
7. Desarrollar habilidades de solución de conflictos. Los conflictos forman parte de la vida cotidiana, así como los problemas. Por eso, los psicofármacos no son una solución definitiva sino tan solo un parche en una herida que continuará sangrando. Al contrario, la psicoterapia te ofrece herramientas útiles que no solo te permitirán resolver los problemas actuales sino también los que puedan aparecer en el futuro. La psicoterapia está orientada a desarrollar habilidades que te permita lidiar con el día a día, reconociendo en primer lugar tus emociones y creencias erróneas y, en segundo lugar, reflexionando sobre ellas y cambiándolas. Y es que la Psicología no solo tiene un carácter curativo sino también preventivo.
Fuente: www.riconpsicologia.com
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Demasiados juguetes anestesian a los niños: La regla de los 4 regalos

En Navidad y Reyes Magos hay una imagen que se repite en muchos hogares, al menos en los países donde los padres tienen más recursos: los niños ansiosos, al pie del árbol de Navidad, rasgando los papeles de regalos para descubrir qué hay dentro y luego pasar, frenéticamente, al próximo regalo.

De hecho, un estudio realizado por la consultora TNS para eBay sobre las tendencias de consumo en Navidad desveló que los españoles gastarán una media de 235 euros en regalos para estas fechas. Obviamente, los más afortunados son los niños, a quienes les destinarán un presupuesto de 151 euros. Se estima que el 80% de los niños españoles reciben cinco o más regalos durante estas fiestas y que muchos reciben 10 veces más regalos de los que necesitan.
Sin embargo, esta tendencia consumista que parece haberse instaurado en las últimas décadas no es beneficiosa para los niños. De hecho, hacerles demasiados regalos a los pequeños puede llegar a ser contraproducente.

Síndrome del niño hiperregalado

En los últimos tiempos se ha apreciado una tendencia muy peligrosa para el desarrollo emocional de los niños, a la que se ha bautizado como “Síndrome del Niño Hiperregalado”. Este problema hace alusión al intento de los padres a compensar con juguetes el poco tiempo que pasan con sus hijos. Como resultado, se produce una “anestesia emocional”, el niño se vuelve caprichoso, egoísta y consumista. Está más preocupado por vanagloriarse delante de sus amigos y compañeros del colegio de la cantidad de regalos que recibieron.
De hecho, la tendencia a enfocarse en la cantidad de juguetes, más que en su calidad, también desvela un desconocimiento de los padres de las necesidades de sus hijos. Los juguetes y regalos son importantes en la vida del niño pero estos tienen una función precisa y, bajo ningún concepto, pueden ser un sustituto de la atención y el cariño que deben propiciar los padres.
En este sentido, un exceso de juguetes provoca en los niños:
1. Produce una sobreestimulación. Cuando los niños reciben muchos regalos, no disfrutan de ninguno en especial, o se decantan por el regalo que más les ha gustado, obviando el resto. El exceso de estímulos simplemente les sobrepasa, por lo que muchos de esos regalos terminarán tirados en un rincón. Cuando el niño recibe más juguetes de los que son capaces de jugar, no puede concentrarse en cada uno, por lo que no les saca el máximo provecho.
2. Pérdida de la ilusión. El exceso de regalos puede hacer que el niño desarrolle una apatía total. Cuando el niño está acostumbrado a recibir muchos presentes, considera que es una obligación de los padres, y pierde la ilusión que normalmente implica recibir un regalo y descubrir su contenido. Por tanto, de cierta forma, en vez de embellecer su infancia, le estamos robando una de las emociones más bonitas.
3. Bajo nivel de tolerancia a la frustración. Los padres que le dan a sus hijos todo lo que desean, sin explicarles el sacrificio que se esconde detrás de cada regalo, contribuyen a generar una actitud egocéntrica, de forma que los niños no aprenden a lidiar con los reveses y la frustración, una capacidad esencial para la vida.
 
4. Limita la fantasía. El exceso de juguetes termina provocando aburrimiento y mata la fantasía. De hecho, aunque los niños necesitan juguetes para desarrollar tanto sus habilidades motoras como cognitivas, no podemos olvidar que también se puede jugar sin juguetes, y es precisamente en esos momentos, cuando no hay un guión preestablecido, cuando más se desarrolla la creatividad.
 
5. Desarrolla antivalores. Cuando los niños reciben demasiados juguetes o regalos, les restan valor, no comprenden en su verdadera magnitud el esfuerzo que probablemente han tenido que hacer los padres. Como resultado, pueden desarrollar actitudes consumistas y profundamente egoístas.

La regla de los 4 regalos

La solución no es hacer que los niños prescindan de los regalos, sino obsequiarles menos presentes, que realmente puedan disfrutar durante el mayor tiempo posible. Para lograrlo, puedes seguir la regla de los 4 regalos:
1. Un regalo que pueda usar, como las prendas de ropa, los zapatos o accesorios similares.
2. Un regalo relacionado con la lectura, ya se trate de un libro en papel o un e-reader.
3. Un regalo que deseen mucho, dirigido a alimentar la ilusión.
4. Un regalo de cualquier índole que realmente necesite.
La Navidad es una época de ilusión y alegría, por lo que es el momento perfecto para enseñarles a los niños a valorar otras cosas más allá de los regalos. Háblale de otros niños que no tienen tanto como ellos y anímale a donar algunos de los juguetes que ya no usa y que estén en buen estado.
Aprovecha además estas fechas para pasar tiempo juntos. En vez de comprar tantos regalos, planifica actividades de ocio en familia, como ir al cine, al teatro, al zoo o simplemente dar un paseo. Tu tiempo, es el mejor regalo que le puedes hacer.
Fuente: www.rinconpsicologia.com
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¿Amas o dependes? 3 diferencias entre el amor maduro y la dependencia emocional

El amor maduro es una de las experiencias más maravillosas que podemos experimentar. Sin embargo, a menudo lo confundimos con la pasión, el enamoramiento o la dependencia. De hecho, la línea entre el amor y la dependencia emocional es muy sutil, por lo que resulta muy fácil sobrepasarla y caer en una relación enfermiza donde una de las personas anula su personalidad para satisfacer al otro. ¿Cómo detectar si estás sufriendo una dependencia emocional?

¿En qué se diferencia el amor maduro de una relación de pareja tóxica?

1. El amor es entrega, la dependencia es egoísmo
Cuando amas, te centras en hacer que la otra persona sea feliz. Siempre estás pensando en tu pareja, y buscas nuevas formas para sorprenderla y satisfacerla. No llevas la cuenta de quién aporta más a la relación y no te enfadas por detalles intrascendentes, porque eres consciente de que tienes a una gran persona a tu lado. No intentas manipularla ni pretendes dominar la relación porque te sientes seguro. Al contrario, le pides siempre su opinión, porque deseas que se sienta escuchado y amado. El amor maduro es aquel que da, sin esperar recibir nada a cambio, porque el acto de dar es gratificante en sí mismo.
El dependiente emocional, al contrario, se centra en la forma en que su pareja le hace feliz, establece una relación egoísta porque se entrega pero solo para recibir algo a cambio. Esa persona también tiene un miedo enorme a perder a su pareja, por lo que suele asumir una actitud manipuladora, intenta controlar la relación para que esta continúe siendo una fuente de satisfacción personal.
2. El amor libera, la dependencia aprisiona
El amor maduro implica que cada persona debe ser capaz de crecer en la relación. Implica que cada cual es libre de expresarse, que no tiene miedo a exponer sus defectos y debilidades. Esa confianza mutua es liberadora, y permite que ambas personas expresen al máximo su potencial. En ese tipo de relación no hay cabida para el control, porque cada quien anima al otro a plantearse nuevas metas y le apoya para lograrlas.
El amor maduro es una tierra fértil para el crecimiento personal. La dependencia emocional, al contrario, suele convertirse en una cárcel. La persona dependiente quiere que su pareja pase cada vez más tiempo a su lado, que le rinda cuentas y que se entregue completamente a la relación, olvidando sus propios sueños y proyectos. De esta forma, la relación termina agobiando, sacando lo peor de ambos.
3. El amor perdura, la dependencia es efímera
El amor soporta bien el paso del tiempo. De hecho, a diferencia de la pasión, el amor maduro se desarrolla y crece con los años. Como un árbol, profundiza sus raíces y le crecen nuevas ramas. Esto no significa que no existan desencuentros y discusiones pero cada una de las personas crece al lado de la otra, decidiendo cada día estar juntas, no porque se necesitan sino porque se quieren.
El amor se centra en la otra persona, en sus cualidades positivas que la hacen perfecta para ti. Al contrario, la dependencia emocional está basada en una sensación de vacío que se necesita llenar con cualquier persona. De hecho, muchos dependientes emocionales pasan rápidamente de una relación a otra, porque en el fondo lo que les interesa no es la persona en sí, sino cómo esta puede llenar esa carencia afectiva. Se trata de personas que no pueden estar solas y que no buscan a su alma gemela, sino tan solo a alguien que llene ese vacío.

¿Por qué las relaciones de dependencia son tan dañinas?

Las relaciones que generan una dependencia emocional terminan haciendo infelices a ambos. La persona dependiente siempre quiere más, no se siente satisfecha y vive con la zozobra continua que genera el miedo de la pérdida. La otra parte se siente cada vez más agobiada, sin poder desarrollar su potencial, atrapada en una relación que no le aporta nada. Como resultado, antes o después este tipo de relaciones llegan a su fin, no sin antes causar varias heridas emocionales.
Afortunadamente, si nos damos cuenta antes, podemos revertir la situación y canalizar esa energía de forma positiva, hacia un amor maduro que permita que ambas personas crezcan y se complementen de verdad, no de manera enfermiza.
Fuente: http://www.rinconpsicologia.com/
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¿Cómo transformar tu vida durante 24 horas? El reto #soloporhoy

Todos tenemos planes para el futuro, buenos propósitos e ideas excelentes para cambiar nuestra vida, o al menos una parte de ella. Sin embargo, en muchas ocasiones nos gana la apatía, la resistencia al cambio o el miedo al qué dirán. Como resultado, nos quedamos en nuestra zona de confort, en un sitio donde no podemos crecer como personas sino que tan solo nos limitamos a hacer lo que ya conocemos, aunque ello no nos reporte una gran satisfacción o incluso nos amargue la vida.¿Cómo salir de este círculo vicioso?El Dr. Frank Crane, columnista del Boston Globe en la década de 1920, nos brinda una idea.

Aunque este periodista escribió mucho, llegó a ser famoso por sus «ensayos de cuatro minutos». Eran artículos muy cortos que contenían consejos prácticos para mejorar la vida de las personas. Entre esos escritos, uno de los más famosos se publicó en el citado diario estadounidense en 1921 y se titulaba: «Sólo por hoy». He aquí lo que proponía:

Solo por hoy

He aquí 10 buenos propósitos que puedes poner en práctica cuando te levantes por la mañana. No se trata de un compromiso para toda la vida, sino tan solo durante un día, por las próximas 24 horas. 
 
Estas pequeñas metas son agradables, pero también exigen autodisciplina. Después de todo, lograr los buenos propósitos no es fácil.
 
1. Solo por hoy, me centraré en los desafíos del día, sin preocuparme demasiado por mis otros problemas.
 
2. Solo por hoy, seré feliz. Según palabras de Abraham Lincoln “Las personas son felices cuando deciden serlo”.
 
3. Solo por hoy, aceptaré lo que me suceda sin lamentarme de mi mala suerte, y me esforzaré por mejorar mi situación.
 
4. Solo por hoy, cuidaré mi cuerpo. Haré ejercicio, comeré bien y no abusaré de él, para que sea una máquina perfecta a mi servicio.
 
5. Solo por hoy, intentaré reforzar mi mente. Aprenderé algo útil para la vida.
 
6. Solo por hoy, me pondré a prueba: haré algo bueno por alguien sin esperar nada a cambio, terminaré esa tarea que siempre pospongo y, si alguien me lastima, no me molestaré.
 
7. Solo por hoy, seré amable. No buscaré la aprobación de los demás ni criticaré a nadie.
 
8. Solo por hoy, planificaré detalladamente la jornada para saber qué debo hacer en cada momento, aunque ello no implique que pueda terminarlo todo.
 
9. Solo por hoy, me relajaré durante media hora. En ese tiempo, me dedicaré a mi mismo y a fomentar mi bienestar.
 
10. Solo por hoy, no experimentaré miedo. No tendré miedo a ser feliz y disfrutaré plenamente las cosas que amo.
Sin duda, se trata de un programa intenso para las próximas 24 horas. Y, aunque es probable que no cambie tu vida de forma radical, puede ser la chispa que necesitas para encender la mecha.
De hecho, la idea de concentrar toda nuestra energía y fuerza de voluntad en un solo día es genial. En el ámbito del Crecimiento Personal, demasiado a menudo nos bloqueamos antes de dar el primer paso simplemente porque no sabemos por dónde comenzar o porque la empresa nos parece colosal. Sin embargo, esta idea nos propone algo factible, es un compromiso que no asusta porque se trata tan solo de un día de nuestra vida.
Lo interesante es que cuando experimentamos estos cambios en nuestra propia piel, comprendemos que no solo son posibles sino que resultan beneficiosos y que nos hacen sentir bien. Cuando aprendemos a vivir a plenitud y somos capaces de darle rienda suelta a nuestras potencialidades, es difícil que decidamos volver atrás. Por eso, el reto de solo un día puede desencadenar efectos imprevisibles, estimulándonos a aplicar cambios permanentes en nuestra vida, esos cambios que siempre hemos estado postergando.

¿Cómo aplicar el reto de #soloporhoy?

1. Simplifica. Los propósitos que plantea el Dr. Crane son excelentes pero también son muchos, por lo que pueden llegar a agobiar a algunas personas. Por eso, si al final del día no logran cumplir esas metas, pueden sentirse frustrados y abandonar la idea del cambio. En su lugar, plantéate solo tres cambios, que puedas realizar a lo largo de la jornada.
2. Personaliza. No se trata de plantearse buenos propósitos, sino de hacerlos tuyos. Para el desafío #soloporhoy debes encontrar esos cambios que realmente te motivan y te harán mejor persona. Porque solo cuando la motivación es intrínseca puede conducir a un cambio duradero.
3. Especifica. Los buenos propósitos del Dr. Crane tienen un carácter muy general, a veces hasta difuso, por lo que puede ser difícil llevarlos a la práctica. Es mejor que te plantees metas más específicas, así al final del día podrás saber si has logrado realmente tus objetivos.
4. Comparte. ¿Sabías que si compartes con las personas que te rodean una meta, aumentan las probabilidades de que puedas cumplirla? Asumir un compromiso social nos permite ser más perseverantes porque sabemos que, de cierta forma, está en juego nuestra imagen social. Por tanto, comparte tu reto #soloporhoy, ya sea en las redes sociales o con las personas que tienes a tu lado.
5. Persevera. Aunque estés motivado, tengas tan solo tres propósitos y sepas exactamente qué debes hacer, es probable que los viejos hábitos te hagan volver a las andadas. No te desanimes ni te recrimines por ello. Asume que te has desviado del camino que habías marcado y retómalo apenas puedas.
¿Te apuntas? ¿Cuáles son tus propósitos para el reto #soloporhoy?

Fuente: www.rinconpsicologia.com

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Las tres maneras de comunicarse

¿Cuáles son las Tres Maneras de Comunicarnos aplicando PNL?

El verdadero descubrimiento de la PNL (Programación Neurolingüistica ) es que nosotros transmitimos todo nuestro mundo interior también  hacia afuera…hacia el exterior…mediante tres formas…la comunicación verbal , paraverbal y no verbal.

Y un gran secreto de la PNL consiste en centrarse en el otro para entrar de inmediato en sintonía con él. No requiere un año de estudio para lograrlo, es suficiente entrenarse para ser capaz de captar las señales que nos envían; mucho más simple es hacerlo que decirlo!. En cada uno de nosotros hay una mezcla accidental, en porcentaje, de los tres sistemas…Por eso…  Atención: El visual, auditivo y cinéstesico absolutos no existen, lo hablamos como tipos extremos que nos ayudan a comprender la actitud de la persona que, en un cierto contexto y en un momento dado, se encuentra más en una condición ,que en otra. No hay que etiquetar a las personas…´´el es visual´´ o ella ´´es auditiva´´, etc….no es así…porque a veces una persona es más visual en cierta situación…pero es tendenciosamente y en general … más auditiva(por ejemplo). Esto es muy importante saberlo al aprender PNL: saber distinguir a cada instante y de acuerdo a cada situación…en que estado se encuentra-mayormente-la otra persona con la que nos estamos comunicando…y actuar en consecuencia. Vamos a ver tres formas o aspectos o niveles de comunicación ,que en PNL se denominan verbal, paraverbal y no verbal ,para que puedas distinguir de que manera es la persona que tienes enfrente…en que estado se encuentra…cómo está pensando…en ese momento y contexto particular…en definitiva…para que puedas comunicarte mejor.

 

La Forma de Comunicación Verbal: Es la forma de comunicarse ,a través del lenguaje, del habla propiamente dicha…y en la que se tienen que emplear los predicados adecuados, que en PNL son aquéllas palabras preferidas de base sensorial, que utiliza nuestro interlocutor …debemos aprender a identificarlas y en cierta forma, reflejarlas…para poder sintonizar con él. El aspecto verbal, es decir la manera de hablar del visual será muy rápida, y ¿sabes por qué? Por el mismo motivo por el que el aspecto no verbal es descriptivo, porque, ve las imágenes desplegarse y pasar ante sus ojos …y debe hablar rápidamente para poder seguirlas y no perder el hilo de la película! El aspecto verbal del cinéstesico, al contrario, será muy lento, porque debe absorber y revivir sus sensaciones interiormente para luego poder transmitirlas eficazmente. Las sensaciones no se suceden rápidamente, más bien muy lentamente… El auditivo tiene una manera de hablar más equilibrada…emite las palabras generalmente a una velocidad media y a menudo habla siempre con el mismo tono. No agrega una palabra de más…y justamente por esto puede convertirse en monótono y a la larga, estancarse. ¿Has participado en algunas conferencias que te hacen adormecer? …probablemente debía tratarse de un orador auditivo, que produce este efecto. Entre otras cosas el auditivo tiene también el problema de tener que gestionar la voz, que, sin embargo, es algo que se puede adquirir con la práctica.

La Forma de Comunicación  Para-Verbal: La PNL aplicada para lograr sintonía o rapport es clave para una comunicación eficaz . Para este caso,-el aspecto para-verbal- debes prestar atención al volumen de la voz, tono de la voz, flujo, ritmo de la comunicación…inflexiones de la voz….Si tu interlocutor habla suavemente y despacio…tú tienes que hablar más suave, y despacio, sin apresurarte… si quieres crear rapport.  El aspecto paraverbal del visual sigue a su habla, por lo tanto será también rápido , hará muy pocas interrupciones, tanto que esto incluso lo hará  respirar  de una forma acelerada. El cinestésico, que es exactamente lo opuesto del visual en este sentido, hace muchas pausas, para tener el tiempo de experimentar su sensación. ¿Te ha sucedido de reunirte con aquellas personas que hablan de forma tan lenta que te hacen poner impaciente? Que te hablan así …hasta hacerte adormecer? Pues bien: este es el retrato del cinestésico extremo, mientras que el visual extremo es exactamente lo contrario. El visual habla rápido, gesticula mucho para describir sus imágenes, para transmitir lo que está viendo en su mente…y no sólo gesticula con las manos, sino con todo el cuerpo. El visual, por ejemplo, habla muy rápido; el cinestésico, en cambio , va por sensaciones, por lo tanto habla muy lentamente: las debe procesar, digerir…para poder luego hablarlas , contarlas. El auditivo utiliza un volumen medio, monótono. Hace pausas de media duración, más que las de alguien visual… Puntualmente en lo que se refiere al ritmo de una comunicación, en PNL esto se llama acompasar …que significa seguir los ritmos de comunicación de nuestro interlocutor .. Si nuestro interlocutor habla lento, hablemos lento, si habla rápido y aprovecha las posibilidades agudas de la voz, hablemos rápido y un poco más agudo, si habla grave, bajemos la velocidad y el tono de nuestra voz, y si habla alto subamos un poco el volumen.

Nuevamente el consejo: sigamos el ritmo de la persona con la que hablamos, naturalmente, adecuándonos a la situación… sin ponerle etiquetas… Para un orador, que se dirige al público, se trata de acelerar, frenar, bajar o subir el tono, hacer las justas pausas y así sucesivamente.. Por eso un comunicador eficaz que se precie de tal…está siempre muy atento al aspecto para-verbal…y a alternar los tonos de voz precisamente para hacer menos monótono su discurso.

La Forma de Comunicación No-Verbal:  En PNL la comunicación no-verbal es en definitiva lo gestual…el lenguaje corporal. Aquí te resumo algunos indicadores… Para los visuales: Muchos gestos descriptivos hacia fuera …Pararse manteniendo la distancia .Respiración rápida y superficial… Para los auditivos: Posición del teléfono. Gestos hacia la oreja y a ritmo… Tendrá una gestualidad cercana a las orejas. Para los cinestésicos: Gestos hacia adentro con respiración lenta y profunda. Necesitan pararse cerca de otra persona…buscan  más contacto físico. Se tocan e indican sensaciones, señalando inconscientemente alguna parte del cuerpo donde sienten esa sensación. Por lo tanto, más allá de las categorías, que nos interesan a fines puramente didácticos, al aplicar la PNL en la comunicación …en lo que realmente debemos centrarnos es en reflejar al otro…tomar la persona así como se encuentra en ese momento y calcar o reflejar su estado de ánimo, su manera de hablar, de moverse, etc.

 

Fuente: www.capacity.es

 

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Habilidades sociales para triunfar

Las habilidades sociales nos ayudan a relacionarnos con los demás, integrarnos y comunicarnos de manera efectiva. Son muchas las facetas de la vida diaria en las que las habilidades sociales marcan la diferencia.
Puede que no seas el más listo, el más guapo, el más preparado o el más titulado, pero si tienes habilidades sociales es mucho más fácil triunfar, tanto en lo personal como en lo profesional.
Afortunadamente, las habilidades sociales pueden ser aprendidas y desarrolladas con la práctica, de la misma manera que puedes aprender un idioma nuevo. En este sentido, da igual cuánto talento tengas, porque con la práctica todo se logra. A unos les costará más que a otros, pero eso no significa que no sea posible.
¿Quieres saber cuáles son esas habilidades sociales que te harán triunfar en todos los aspectos de la vida?.
Muchas de estas habilidades seguro que ya las posees, y seguramente solo tengas que practicarlas un poco más.

1 – Optimismo

 


Ser optimista te ayudará a ver la vida con buenos ojos y a no cargarte con pensamientos negativos. Esto funciona en lo personal, en lo social, en lo laboral y en los estudios. Y lo mejor: ser positivo atrae a los otros como un imán.

2 – Compasión

 
La compasión implica tener conciencia del sufrimiento de otro, junto con el deseo de aliviarlo. Esta es otra habilidad social que te ayudará a triunfar en todos los aspectos de tu vida, porque a todo el mundo le gusta rodearse de gente que se preocupa de los demás.

3 – Disciplina

Ser disciplinado implica comportarse de una manera que esté de acuerdo con un conjunto de normas, costumbres, leyes, políticas u otras directrices impuestas o socialmente aceptadas. Una persona disciplinada cumple voluntariamente con un método sistemático en un entorno determinado. Esto muestra autocontrol y promueve la aceptación por otros miembros de la sociedad o del grupo.

4 – Diligencia

 
Como dijo una vez  Benjamin Franklin, “la diligencia es la madre de toda la buena suerte”Dar a tu trabajo la debida diligencia es la única manera de recibir la credibilidad por lo que haces. La gente sabe cuándo se ha trabajado muy duro para conseguir algo, y solo con eso se puede ganar el respeto y el reconocimiento de muchos.

5 – Paciencia

La mayoría de las molestias a los que nos enfrentamos a diario, están de alguna manera u otra relacionadas con otras personas. Atascos, retrasos, problemas con la red eléctrica o con internet, ruidos a nuestro alrededor… Pero estas son cosas normales que pasan en todos los sitios.
¿Podrían ser evitables? Algunas veces, tal vez, pero eso no quita que en ese momento estés siendo molestado, ni que no te vayan a molestar otras cosas. Así que, en vez de jugar al juego de la culpa, relájate y no tenses más el ambiente haciendo más ruido y molestando más aún a los otros. Ten paciencia.

6 – Afabilidad

 
Ser afable implica ser accesible a los demás y escuchar con benevolencia. No cabe duda de que esta habilidad es imprescindible para relacionarse con los demás. La gente que va por la vida mirando por encima del hombro a los demás y hablando con suficiencia, creyéndose mejor que los demás, no llegará socialmente muy lejos.

7 – Cortesía

La cortesía es algo que puede parecer pasado de moda, pero, como suele decirse, “lo cortés no quita lo valiente”. Este proverbio tan español lo dice todo. Porque la educación y el respeto a los demás es perfectamente compatible con todo lo demás. Y la gente educada siempre tiene más posibilidades de triunfar, porque ser cortés implica valorar y respetar a los demás.  

8 – Saber escuchar

Las personas exitosas no son sólo grandes conversadores. También son grandes oyentes que dan importancia a lo que el otro tiene que decir. Sin la capacidad de escuchar con atención, no solo no serás capaz de aprender ni de intercambiar información, sino que tampoco será capaz de entender una crítica constructiva que te ayude a mejorar.

9 – Saber perdonar

 
Perdonar puede ser difícil a veces. Sin embargo, las personas de éxito tratan de no tomarse las cosas de manera demasiado personal. Ten en cuenta, que el rencor reduce las oportunidades para profundizar en una relación y para relacionarse de manera positiva con los demás.

10 – Resiliencia

 
 
La resiliencia es la capacidad de sobreponerse al dolor emocional y a las situaciones adversas. Esta habilidad nos da el poder de sobrevivir y prosperar, sin importar el ambiente en el que nos movamos. En este contexto, el fracaso es solamente una información valiosa, no un callejón sin salida.

11 – Responsabilidad

 
Las personas exitosas son dueñas de sus problemas y errores, asumen la responsabilidad de sus propias acciones y trabajan para mejorarlos. Y esto le gusta a los demás, en cualquier ámbito de la vida, porque todo el mundo valora que cada uno se haga cargo de lo que le toca y se preocupe por solucionarlo. Lo contrario supone una carga adicional que nadie desea.

12 – Honestidad

 
La honestidad  implica decir la verdad, razonable, justo,  honrado e íntegro.  La honestidad expresa respeto por uno mismo y por los demás. Además, implica no solo decir la verdad, sino asumirla.  Esta habilidad nos hace más confiables, y por eso es tan importante. Si la gente confía en ti, tendrás mucho más éxito en todo lo que te propongas y ganarás en credibilidad.
Fuente: Eva Maria Rodríguez (lamenteesmaravillosa)  www.capacity.es
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Beneficios de una actitud positiva

Todos podemos elegir como vivir nuestra vida, como sentirnos por las cosas que día a día nos van sucediendo, la forma en que afrontemos los acontecimientos puede hacer que estos se desarrollen de una u otra forma. En definitiva la actitud que tengamos va a influir mucho en como los acontecimientos van a afectarnos.

Por ello es muy importante que caminemos por la vida con una buena actitud positiva. Si decidimos mantener la actitud positiva insuflaremos a nuestra vida más optimismo, enfrentaremos más fácilmente las preocupaciones y podremos eliminar de nuestra vida los pensamientos negativos. O sea conseguiremos cambios en nuestra vida muy positivos.

Beneficios que se pueden conseguir al desarrollar y mantener una actitud positiva

Tener una buena actitud positiva nos puede ayudar a caminar por el sendero de la felicidad y el éxito, a ver siempre el lado bueno de las cosas.

Si conseguimos vivir con esta energía positiva no solo nos beneficiaremos nosotros también podemos influir en las personas de nuestro entorno, podemos contagiarles esa forma positiva de ir por la vida.

Estos son algunos de los beneficios que una buena actitud positiva nos puede ayudar a conseguir:

  • Ser más felices.
  • Realizar nuestras tareas cotidianas con más energía.
  • Tener una gran fuerza interior.
  • Nos puede ayudar a conseguir las metas que nos propongamos.
  • Ayudar a los demás a sentirse más motivados
  • Sentir que la vida merece la pena de ser vivida.
  • Conseguir el respeto de otras personas.

¿Qué cualidades comparten las personas con una buena actitud positiva?

Las personas que son capaces de mantener la actitud positiva tienen unas cualidades que las diferencian de los demás:

  • Siempre ven lo mejor en las demás personas: ser positivos nos ayuda a ver lo bueno que hay en otras personas, a tratarlas positivamente. Al hacerlo se consigue recibir lo mismo de ellas hacia nosotros.
  • Saber ver las oportunidades: el tener buena actitud positiva nos ayudará a ver oportunidades incluso dónde otros creen que no existen. Ser positivos nos ayuda a desterrar el No de nuestras vidas.
  • Creer en sí mismo: la actitud positiva ante la vida nos ayuda a tener fe en nuestras posibilidades. Es mucho más fácil alcanzar el éxito si creemos en nosotros mismos, hay que transmitir una imagen positiva y segura.
  • Piensan en las soluciones: en muchas ocasiones se nos presentan problemas que no sabemos cómo resolver, no vemos ninguna salida. La persona positiva siempre piensa “un problema, una solución” y consigue resolver la situación con mucha más facilidad.
  • Ser responsables de sus actos: las personas con actitud positiva tienen muy claro que deben ser responsables de todos sus actos y de sus pensamientos. Viven la vida con honestidad.
  • Son generosos: una actitud positiva frente a la vida nos hace ser más generosos. A las personas positivas les gusta compartir y siempre están dispuestas a ayudar.
  • Son persistentes: mantener la actitud positiva hace que las personas sean más persistentes a la hora de perseguir y alcanzar sus objetivos. Los desafíos les resultan estimulantes.

Existen pruebas de que ser positivo es una conducta apropiada y constructiva con una probabilidad mucho mayor de conducir al éxito y al bienestar de la persona, y de que conviene cultivar determinadas formas de pensar y actuar con el fin de tener una vida mejor.

 

Fuente: www.actualpsico.com

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Claves para afrontar los desafíos de 2015

Como es costumbre en esta época del año, muchos de nosotros nos proponemos nuevos desafíos con el objetivo de dejar atrás lo que no nos ha gustado o funcionado y encarar los próximos meses con estrategias renovadas para lograr lo que nos planteemos. Establecer metas, retos o deseos es un paso relativamente sencillo. La lista de deseos puede ser amplísima, desde hacer dieta, dedicar más tiempo a la familia, apuntarse a un gimnasio o retomar la relación con los amigos de la infancia.

Sea cual sea el deseo, lo importante es que éste se cumpla y no se quede en simples palabras vacías. Hacer realidad los sueños supone concretar los objetivos que queremos conseguir y sobre todo establecer estrategias que, desarrolladas paso a paso, nos acerquen al hito tan deseado.

 Una pregunta que debemos hacernos antes de definir un propósito es qué perseguimos con ese deseo concreto. Es decir, qué objetivo queremos alcanzar y qué posibilidades reales tenemos de lograrlo. Es importante marcarse propósitos alcanzables que nos causen sensación de satisfacción y plenitud. Definir propósitos inalcanzables sólo alimentará la frustración y la sensación de fracaso, pudiendo afectar así a nuestra autoestima e ilusión en mejorar nuestra vida.
Éstas 12 claves, si las tenemos presentes tendremos más probabilidades de lograr nuestros propósitos y de hacer realidad los mejores sueños para el 2015.
1. Primero, pensar. Tómate tu tiempo para decidir qué objetivos marcarte. Las prisas no son buenas consejeras. Revisa lo que te ha funcionado y lo que no respecto a años anteriores y saca tus propias conclusiones.
2. Claro, clarinete. Es fundamental tener las ideas claras y los propósitos concretos. De esta forma, tendremos el foco puesto en lo que queremos conseguir.
3. Querer es poder. Sé realista a la hora de fijar los objetivos concretos. No tiene sentido que decidas jugar al tenis cada día cuando hace más de 10 años que no pisas una pista. Una opción sería decidir una frecuencia menor e irla ampliando a medida que vayas cumpliendo el desafío.
4. Me quiero. Cuando la autoestima es alta, todo está a nuestro alcance. Todo es posible y realizable, siendo quien quieres ser: siendo auténtic@.

5. Be happy. La felicidad es una excelente medicina para lograr los sueños. Además la proyectamos a los demás para conseguir nuestros hitos.
6. Equivócate para aprender. Del error se aprende y mucho. Es un aliado clave para saber qué camino es el más adecuado para futuras experiencias.
7. A Currar. Para lograr las metas propuestas hay que ser un trabajador valiente e incansable.
8. Felicítate. Cada éxito, por grande o pequeño que sea, celébralo por todo lo alto. Te ayudará a cargar baterías para afrontar los retos por venir.
9. Check point. Conviene que de forma frecuente revisemos los avances conseguidos, así como el tiempo y esfuerzo que nos ha llevado alcanzarlos.  
10. Persiste para conseguir. Ser persistente y contundente te acercará a conseguir tus propósitos, dedicando el empeño y energía que cada ocasión merece.
11. Tu guionista. Ante desafíos retadores, seguramente pasarás por emociones muy diversas como la euforia o el desánimo. Toma consciencia de tus emociones y escucha los diálogos internos que mantienes contigo mismo. En días difíciles, ayudará si tu guionista interno te anima a seguir adelante, conectando con quién eres.
12. Pasito a pasito. Diseñar un plan con las acciones a desarrollar te ayudará a marcar un camino, que bien seguido, te dará la satisfacción de alcanzar tus propósitos.

¡Si sigues estas 12 claves iniciarás una vida nueva para saber vivir mejor y en línea con tus propósitos y valores!

Fuente: Silvia Bueso (infojobs)